Bierzo Satrapático

Bienvenidos al centro de divulgación del Ilustre y Único Colegio Independiente de 'Patafíscia Berciano

Revista literaria dedicada a la difusión de la literatura de carácter surrealista creada en el Bierzo y León, donde podrá encontrar textos y poesías, además de enlaces a páginas y blogs relacionados con ella... bueno, y más de una protesta.


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Reykjavik en flor - Créditos y Prólogo


Reykjavik en flor


Escrita por Sexto ‘S. d’T.

Fotografía de Portada:
Imagen del corazón de Jesús de la Iglesia de San Pedro, en Bembibre.
por JC2M



Primera Edición

Depósito Legal: 552
I.S.B.N-13: 978-84-611-5458-6



Desde el comienzo los agradecimientos se fueron acumulando, he aquí una síntesis:
A Madrid por haberme hecho hombre.
A París, donde entre muchos lances y aventuras, tuve la suerte de conocer a JC2M en la rivera del Sena mientras filosofaba a voces en francés borracho como un piojo.
Al Bierzo por el flujo y reflujo de ensoñaciones suministradas cual catálogo de maravillas.
A JC2M por haberme proporcionado un final y un apoyo sin el cual todo hubiera sido tiempo perdido.
A las mujeres que me han curtido y conmigo se han curtido en mil batallas de pasión, en ocasiones devastadoras, empezando por mi madre.
A mis padres y a mis hermanos.
A Berlín por haberme donado su conocimiento justo antes de morir; sin olvidarme del resto.
A los nacidos con los tiempos.



PROLOGO (o clarificación de malentendidos)

Todas y cada una de cuantas personas han leído alguna de las diferentes copias que repartí entre propios y extraños como preámbulo a la publicación de Reykjavik en Flor terminaban por confundir más tarde o más temprano a alguno de los personajes, y en particular a su protagonista principal, Berlín Hinterweltler, con mi persona, confusión ésta, que si bien no es descabellada en absoluto dado que son muchos los puntos en común que unen a este personaje de filandón ya no sólo conmigo, sino con cualquier mujer u hombre habituado a dejarse embeber por la existencia y por los diferentes detalles que la incendian, nada que ver tiene con la realidad, la cual tiende a confundirse entre una nebulosa de detalles que finalizan por transformarla de manera que las confusiones pasan a ser hechos y los hechos confusiones. Cada uno de los personajes que aquí aparecen es tan real como la irrealidad misma, y tan ficticio como pudieran serlo cualquiera de ustedes ante las páginas de esta obra, puesto que con toda seguridad en más de una ocasión se han sentido personajes y/o protagonistas de las circunstancias más surrealistas o terroríficas que mente alguna pudiera imaginar. Es por esto que dos personas o personajes diferentes son entes diferentes por mucho que las circunstancias de sus respectivas existencias no hagan otra cosa más que confundirlos en uno solo de manera que finalicemos por crear un ser con el celebrado don de la ubicuidad, cosa del todo normal teniendo en cuenta las circunstancias. Yo mismo, a pesar de ser el autor de esta modesta narración épica, me confundí en más de una ocasión con Berlín, llegando incluso a temer por mi existencia debido a la influencia infinita de este magnífico personaje de las futuras fábulas bercianas que están por narrarse. Me quitaba el sueño, hablaba a través de mi boca, miraba a través de mis ojos e incluso amaba utilizando mis órganos enajenados por el hambre que solamente las carnes pueden engendrar. Tanto fue así, que no puedo hacer menos que disculpar la confusión a la que se han visto avenidos los primeros lectores de esta mi primogénita novela.
Es el día de hoy en realidad, o en ficción, que no llego a estar del todo seguro, al igual que no se acierta a estar seguro en cuanto a ese enorme planteamiento metafísico sobre el huevo y la gallina, si soy yo quien ha imaginado a Berlín y sus circunstancias, o si ha sido Berlín quien ha y está imaginándome a mí y a las mías, y lo que es aún más espeluznante y embriagador, si son las circunstancias quienes a Berlín y a mi imaginan. Todo en mi mente era mezcla de turbias ideas e iluminaciones de marcado aspecto intranscendente por lo trascendental de las mismas. Tras haber finalizado la novela, creyendo a todas luces que había sido fruto de mi imaginación y del extenuante trabajo de encierro y alucinación, en un viaje por el antaño llamado Camino de Santiago, hallamos ante nuestros ojos un enorme hueco de kilómetros y kilómetros de radio, justo en una zona geográfica localizada entre Galicia, León y Asturias, tal como sin saberlo había meses antes imaginado y plasmado en mi Novela. Todo se mezcló de nuevo en mi mente. Más tarde, tras despertar de un sueño excesivamente pesado, encontré a Berlín ante mi, entre un espeso y hermoso bosque de Robles, y bajo su magnánima sombra escuché anonadado las anécdotas que a través del viento me fue narrando, gracias a las cuales llegué a comprender ya no sólo la realidad de la existencia de éste que hasta aquel entonces yo creí mi personaje, sino el cúmulo de circunstancias que hasta aquellos parajes colgados de los anillos de saturno lo habían llevado, mediante los cuales vislumbré que mi novela era fruto de la realidad más sobrecogedora que la existencia nos pudiera desear, amar y ser amados como parte de una esclavitud infinita. En ese preciso instante me desvanecí, y tras un nuevamente sueño excesivamente pesado, me desperté en los parajes desérticos y lares desolados de lo que otrora fuera un vergel: fue entonces, cuando tras escribir la postrera palabra de esta obra, me deshice de mi mismo.



Sexto, el accidente con un fin.




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